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¿Quieres conocer los cambios que hice en casa durante mi segundo embarazo? Quédate hasta el final que te lo cuento todo en este post.

Siempre he defendido la idea de que organizar tu casa es el paso primer paso y el más importante antes que ponerte a comprar todo lo relacionado con el bebé y que marcará la diferencia sobre como se desarrolle tu día a día cuando tu hijo nazca. Es real, si ya eres madre sabrás de lo que te estoy hablando. Desprenderte de todo aquello que no utilizas o que no funciona para dejar cabida a todo lo que te hace feliz es fundamental para comenzar esta etapa tan especial.

Con este primer paso lo que consigues es dejar espacios libres y adaptar tu casa a todo lo que necesitará tu hijo/a en los próximos meses. Todo se ve con mayor claridad.

Lo mejor de los segundos embarazos es que ya tienes la experiencia del primero en todos los aspectos y  ya sabes que te ha funcionado y que no. En mi caso, lo que hice fue por un lado perfeccionar aquello que si me funcionaba y por otro, cambiar lo que no.

Y eso lo que hoy te quiero contar. Quiero contarte los cambios que hice en casa estancia por estancia en los que me centré antes de que naciera Jaime, mi segundo hijo.

Cambios en cada estancia

  1. Habitación de matrimonio : Lo primero que hice fue supervisar el canapé de mi cama tanto la ropa que tenía guardada de Gonzalo como todo lo que hubiese dentro. Como siempre inicié proceso de depuración para dejar espacios libres y añadí organizadores de almacenamiento que dejé etiquetados con todo lo que se encontraba dentro. Si lo que tenía guardado era ropa de mi hijo, lo ordené por tallas para que en el momento de sacar para el pequeño me fuese más rápido y visual. Hice lo mismo con la cómoda y armario, donde además también decidí cambiar los organizadores que tenía por otros más eficaces que me permitiesen mantener el orden por más tiempo.
  2. Cuarto de baño : El baño compré un mueble auxiliar de dos puertas que colgué en la pared. Mi baño es pequeño, poco espacio para almacenar así que aprovechar en este caso el espacio vertical era mi única opción pero acertada. El la ducha también utilicé botes dispensadores para cada uno de los productos de higiene personal, sabía que haciéndolo le daría un toque mucho más bonito estéticamente y eliminaría ruido visual. Cuando sabes que durante un tiempo no vas a poder tener la casa como tu quisieras ayuda mucho centrarse en eliminar aquello que visualmente te chirría.
  3. Habitación infantil : En está habitación me centré de lleno. Evidentemente sabía que pasar de tener un hijo a dos iba a necesitar mayores cambios. Así que primero analicé las dos habitaciones individuales que tenía y me dí cuenta que por espacio y medidas iba a ser mejor intercambiar la función que en ese momento tenía cada una. Pase el cuarto de juegos a la otra habitación en la que estaba el cuarto de juegos  y viceversa. También modifiqué la distribución del armario de ikea que ya tenía, añadí más cajones y más baldas para tener espacio para almacenar y delimitar las zonas para cada niño. Y por último lo cerré porque hasta entonces lo había tenido abierto a modo de vestidor.
  4. Cuarto de juguetes : El cuarto donde ellos juegan y donde tienen todos sus juguetes lo he ido modificando poco a poco pero si que me centré en algunos aspectos que para mí eran muy importantes. Lo primero que hice fue vender muebles que ya no me hacían falta y de esta forma dejaba espacio libre para que ellos estuviese más cómodos. Lo segundo fue comprar muebles organizadores de juguetes, pero esta vez verticales para aprovechar más el espacio. Y lo tercero, supervisé todos los juguetes y guarde todo lo que durante un tiempo no se iban a utilizar. Es decir, guardé todos los juguetes con los que Gonzalo ya no jugaba porque eran muy infantiles y que Jaime iba a tardar en coger. Por supuesto aproveché el momento para guardar todas las piezas pequeñas y tirar lo que estaba roto, que aunque parezca que no los niños almacenan juguetes que no sirven para nada, por ejemplo los típicos que se compran en máquinas dispensadoras que vienen en bolas. Pues todo eso lo tiré.
  5. Salón: Los cambios en el salón para mí fueron muy importantes, aunque tengo que decirte que aun sigo pensando en modificar aun más esta estancia con el objetivo de adaptarla a nuestro día a día actual. Antes de nacer Jaime, cambié las lámparas porque tenía ganas de darle un toque mucho más acogedor y compré un sillón adicional en Ikea para que estuviésemos más cómodos con los niños. Más tarde, a los meses de nacer Jaime, muy a mi pesar le puse funda al sofá. Si, siempre he pensado que el sofá está para disfrutarlo y si se mancha pues se limpia y no pasa nada pero claro, cuando ya son dos manchando, ni tienes ganas ni tiempo para andar limpiando mancha por mancha, así que decidí ponerla, todo un acierto, la verdad.
  6. En general, me he desprendido de cosas que llevaban un tiempo guardadas y que estaban esperando a no sé que situación para ser utilizadas y he liberado mucho espacio sobre todo en la habitación de matrimonio. Por ejemplo, una impresora, una mesa auxiliar que compramos cuando aun no teníamos hijos y que movíamos sin saber dónde poner y restos de azulejos que estaban en la terraza desde que hicimos la obra de la cocina y baño.
  7. En cuento a la decoración de la casa, siempre he sido muy reticente. Primero porque mis niños son muy pequeños y tener la casa decorada me quita tiempo durante el día porque me entorpecen mi rutina diaria de orden y limpieza. Otro de los motivos por los que hasta ahora no había decorado es porque no me merecía la pena estar pendiente de cosas a las que puedo ponerle remedio simplemente no poniéndolas. Es decir, ¿me merece la pena estar todo el día pendiente de que mis hijos no toquen una planta que acabo de poner en el suelo para decorar un rincón? Pues a mí en este momento no, pero si que lo he hecho en los espacios verticales. He colgado y estoy colgado más fotos, he añadido una balda arriba de la tele y estoy formando un conjunto de marcos con nuestras fotos. Eso si me apetece, poner las fotos que nos vamos haciendo y convertir mi casa en el hogar que siempre he querido para formar mi familia.
  8. ¿Y la cocina?: Para mí la cocina es muy importante, si me sigues en redes sociales sabrás que me encanta cocinar para congelar y no estar perdiendo tanto tiempo en ella. Si, me agobian las comidas, así que las grandes decisiones que tomo me las pienso mucho, porque ademas son las requieren mayor inversión económica. Te pongo un ejemplo. Ahora quiero cambiar el frigorífico y estoy barajando la posibilidad de comprar uno americano para poder congelar más, y que todo esté más organizado. Y esto es así porque la que mas tiempo pasa en la cocina soy yo y yo mejor que nadie sabe lo que necesito para estar más tranquila en este aspecto, y  es real que cuando yo estoy más tranquila todo fluye mejor en casa.

Tengo pendiente hacer un post detallándote algún que otro cambio más importante, por ejemplo la modificación que hice en el armario de los niños. Creo que te puede servir de ayuda.

Para terminar decirte que aunque yo estos cambios los hiciese durante el segundo embarazo son cambios que puedes hacer en cualquier momento tanto si estas embarazada del primero como si lo estas del segundo o si no te encuentras en este momento en ningunas de esta situaciones.

Cualquier duda que tengas ya sabes que puedes dejarme un comentario justo aquí debajo  que yo te lo contestaré encantada.

¡Nos vemos en el próximo post!

Hoy te quiero contar mi historia y el por qué estoy aquí. Quiero contarte todo lo que viví en tan solo un año, como me afectó, las decisiones que tuve que tomar tras ser madre y cómo conseguí tomar el control de mi vida.

Un año de grandes e importantes cambios

Mi marido y yo somos de un pueblo de Cádiz, Sanlúcar de Barrameda pero por motivos de trabajo vivimos desde hace años en Sevilla.

En Septiembre de 2016, tras años de alquiler y con fecha de boda en Julio de 2017, por fin nos compramos nuestro piso. Un mes después de la compra nos metimos en reformas sin saber que la vida nos tenía preparado un gran cambio para ambos.

En Febrero de 2017, con el piso en obras y sin esperarlo propusieron a mi marido traslado a Tarragona por motivos laborales. Y aunque al principio nos impactó la noticia, decidimos dejarlo todo en Sevilla y aceptar.

En Julio de 2017 tras la boda y viaje de novios, nos mudamos a Tarragona definitivamente y dos días después de llegar me enteré que estaba embarazada. Ni siquiera había llegado el camión de la mudanza con nuestras cosas. Y ahí estábamos, intentando asimilar todo lo que nos estaba pasando.

Mi embarazo fue normal hasta la semana 20 y por descartar posibilidades tuve que someterme a una amniocentesis. La espera hasta recibir resultados fue horrible, un drama, una lección de vida.Un recuerdo que aunque mi mente ha decidido borrarlo, aparece cada vez que tengo que recordar lo importante de la vida. Aún así, para mi mi embarazo fue precioso, fui muy feliz, la experiencia más maravillosa que he vivido en la vida y que volvería a repetir con los ojos cerrados.

La fecha probable de parto estaba fijada para el 1 de Abril, día que me encantaba, no se porque pero me gustaba mucho. Por lo que si no se retrasaba mucho tendría a Gonzalo en vacaciones de semana santa y eso quería decir que nacería en Sanlucar de Barrameda y no en Tarragona. 

Pero claro, como nunca se sabe pues teníamos que estar preparados para que naciera donde naciera tuviéramos todo perfectamente organizado, fuese en Sanlucar o en Tarragona. Dos bañeras, dos cunas, ropa aquí y ropa allí, carro para arriba y carro para abajo. Imagínate, si ya es difícil preparar solo para una casa, para dos ni te cuento. 

Gracias a familiares que nos dejaron cosas que no utilizaban, pudimos preparar su habitación también en Sanlúcar como se merece.

Al final y tal como queríamos, nació en Sanlúcar, cerca de nuestra familia y tras un mes allí tuvimos que volver a Tarragona. Al volver alli tuve que tomar una decisión que jamás pensé tener que tomar, dejar de trabajar para cuidar a mi hijo ( con matricula pagada en la guardería).

El cansancio,las dudas, la preocupación de toda madre primeriza, lactancia muy complicada, solos con el bebé y lejos de familia que pudieran ayudarnos en un momento dado.Todos estos motivos y otros más fueron los que me hicieron decidir dejar el trabajo y centrarme en la maternidad al 100%. Y así lo hice, me dediqué solo a él.

Cuando apenas Gonzalo, mi hijo, cumplía los cuatro meses y cuando mejor estábamos a nivel personal y de adaptación a la ciudad, vuelven a trasladar a mi marido a Sevilla. Otra cambio, otra mudanza, otro impacto a nivel emocional, porque aunque estábamos lejos de la familia, ya habíamos conseguido adaptarnos e imaginarnos la vida allí. Tarragona nos encantaba y sentíamos que apenas habíamos podido aprovecharla. Pero si, otro cambio que teníamos que hacer y esta vez teníamos a nuestro bebé.

Otra vez a organizar cajas de ropa, utensilios de cocina, a desmontar cuna, cama que habíamos comprado en ikea precisamente para el cuarto del bebé, armario también del bebé, bañera y todo lo que no teniamos en la anterior mudanza y que tuvimos que comprar para el bebé.

Toda esta organización con un bebé en casa y sola. 

Mudanza hecha y asentados por fin en nuestra casa. Una casa a medio reformar y que teníamos que retomar y un sin fin de cajas amontonadas para las que tenía que encontrar el momento de poder deshacerlas y buscar su sitio.

No recuerdo cuánto tardé, pero sé que mucho. 

A esto se le sumaba las tareas del día a día y estar pendiente de Gonzalo, que pobre mío era más bueno que todas las cosas. Coincidió también con el inicio de la alimentación complementaria, y eso quiere decir que tenía que hacer comidas para él si o si, porque si no tenía tiempo para hacer la mía pues comía algo rápido y ya está, pero para él si tenía que tenerlas preparadas.

Me sentía agobiada porque tenía que hacer muchas cosas y no llega a nada, irritada porque aunque quería disfrutar de mi bebé sentía que no lo estaba haciendo porque mientras estaba con él tenía en la cabeza todo lo que había dejado a medias y cuando estaba haciendo lo que tenía que hacer iba como un rayo para que me diese tiempo.

Todo esto me frustraba y me agotaba.

Quería cambiarlo, tener un momento para decir: Venga vale, voy a empezar de cero, voy a organizar la casa y voy a empezar a vivir esta etapa disfrutandola. Así era como yo siempre me lo había imaginado.

Cómo conseguí empezar de cero y vivir tranquila

Así que empecé a ver videos, leer libros sobre orden y organización y entonces me di cuenta, que aunque estaba contenta con todas las compras que había hecho porque siempre había antepuesto la practicidad a lo bonito o atractivo en lo que respecta a las cosas del bebé, quizás no había tenido la oportunidad de empezar por lo más importante, organizar antes que nada mi casa para dar la bienvenida a esta nueva etapa y disfrutarla que era lo que yo quería.

Y como se suele decir que nunca es tarde, lo hice. Me deshice de todo aquello que no utilizaba o estaba roto, de todo lo que producía ese estrés en el día a día, ordené y reubique todo en función de mi estilo de vida o necesidad. Prescindí de cosas que en mi casa de Tarragona utilicé porque ya no encajaban con la casa actual.

 Y por fin lo conseguí, conseguí estar más tranquila, conseguí acostarme todas las noches  sin pensar en las comidas o tareas del día siguiente, conseguí sentirme bien conmigo misma y disfrutar de mi hijo y de la vida en general. Al final, conseguí tomar el control de la situación y no dejar que se prolongará mucho más en el tiempo.

Mi consejo para vivir una maternidad feliz

Tengo cuento esto porque es importante que lo sepas, mucho más que contarte que productos y artículos son los más prácticos en relación a tus compras. 

Hay cosas que no se saben hasta que no se viven. Tu puedes saber que tu amiga, que acaba de ser madre está agotada, pero hasta que no vives esa situación no sabes hasta qué punto puede llegar ese agotamiento. Puedes hacerte un idea, pero saberlo de verdad, hasta no lo vives no lo sabes.

Si piensas que estás perdida o sientes que se te hace un mundo y que no sabes por dónde empezar a preparar, comienza por ordenar, por organizar, reubicar, dejar espacios libres y disponible y asignarle a cada cosa un lugar. Te aseguro que si lo haces, todo lo demás vendrá rodado, tendrás las ideas mucho más claras y no dudarás tanto en cada paso que des.

Me di cuenta del papel tan importante que representa el orden en la vida y mucho más aún tenerlo presente y en primera opción en tu lista de tareas al preparar la llegada del bebé. Tener una casa ordenada, es tener ganas de llegar a ella sin agobio, sin pensar en lo que tienes que recoger, limpiar o tirar a diario. Es atender las necesidades de tu bebé sabiendo donde está cada cosa, sin enfados, sin discusión, y reduciendo el tiempo en esos momentos de urgencias en los que cuando se necesita algo se necesita ya, ahora mismo y es poder tener unos hábitos de vida saludable.

Tener tu mente despejada y en paz de verdad que no tiene precio.

No esperes a que esto se convierta en una necesidad, todavía está a tiempo de poner tu casa a punto. Adelántate a todas estas situaciones y emociones que yo sentí en su momento y sé feliz.

Disfruta esta etapa, el tiempo pasa muy rápido y empieza a vivirla con intensidad, sin pensamientos o emociones negativas. Haz todo lo que esté en tu mano para que sea lo más parecido a lo que imaginas.

Si necesitas ayuda puedes preguntarme lo que quieras, estaré encantada de poder poner tus ideas en orden y te daré todas las herramientas que yo utilizo para poder hacerlo.

Y ya que sabes mi historia, me gustaría conocer la tuya. Si te apetece compartirla puedes contarla aquí debajo en comentarios. Seguro que entre todas nos podemos ayudar.